.... Una de trenes y dos de olivas, es como
una fiesta, un vermut, un sarao.... La fiesta nacional de la región
parisina, el éxtasis de los viajeros que cotidianamente van a sus
escuelas y lugares de trabajo con una sonrisa en los labios y en un
transporte público tan indispensable como interesante.
Y UN RÁBANO
Lo único cierto del párrafo anterior
es lo de fiesta nacional (en sentido figurado al ácido sulfúrico) y
lo de interesante. Si, interesante, porque a pesar de todo, la gente
es interesante y hacen llevadero el mal rato que pasas entre asientos
rotos, calefacción averiada, pintadas con espray, retrasos y
anulaciones de tren. Pues si, a pesar de ello, la gente y sus
historias son lo mejor del trayecto (y a veces hasta del día). Hoy,
sin ir más lejos, el vagón lleno de gente variopinta, pero aún con
caballeros que ceden el asiento a señoras de edad (la señora NO ERA
YO, que os presiento), con chicas variopintas todas con sus bolsos,
botas de borrego, heladas de frío pero coquetas. Ese señor que tiene
pinta de trabajar doblando el espinazo por lo cansado que parece pero
al que se le salen los ojos de las órbitas cuando pasa una de las
chicas, luego me mira rápidamente y hace como si también le
interese yo (o como que mira a todo el mundo), pobre.. que majo. Pero
a estas alturas yo también me miro a las chicas cuando vuelven a
casa frescas como rosas, que envidia más sana. Está el señor que
lee de pié un periódico deportivo (que es como una sábana de cama
de matrimonio) mientras hace equilibrios para no caerse y no
despeinar a la señora que tiene sentada enfrente cada vez que pasa
una página. Y el encanto de las mujeres de edad indeterminada (esa
que va entre los 35 y los 40ymuchos), con sus trench último modelo,
sus maquillajes chic, sus bolsos La Marthe o Le Tanneur símbolo de su
status profesional... En fin, también tenemos los pasajeros
pegados al Iphone o cualquier móvil que gritan a sus amigos « holaaa,
soy yo ! Donde estaaaas, estoy en el trennn » conversación
transcendente para todo el vagón claro. O el equivalente al señor
empapado en Varón Dandy, pero versión L'Homme de Chanel, que nos
marea de lo lindo....
Luego llegan los revisores, que dada la
situación de hacinamiento de viajeros, de gente que les parte la
cara de vez en cuando y otras razones, vienen en grupos de 8. La
invasión de los pitufos morados (el color de sus uniformes). Aquí
el ambiente en el tren cambia, es como cuando estás cotilleando con
las amigas y se acerca la cotilleada, como que se hace un silencio
incómodo. Ale, todos a buscar el bonotrén y a mirar quien no lleva.
Siempre piensas que se van a avergonzar, nooo, te sorprenden, sientes
tú más vergüenza por ellos, qué morro que le ponen a la cosa.
Dicen, « lo siento no llevo billete », el otro dice, pues
tendrá que pagar una multa, « pues bueno »... dan datos
o yo que se y se bajan en la próxima si no llevan dinero. Y yo me
pregunto, ante tanta frialdad y/o indiferencia, ¿no será que
les sale económicamente a cuenta no pagar nunca y de vez en cuando
pagar la multa ? Seguro que hay estudios sobre el tema. Yo no
puedo, no podría, he llegado a perder trenes por encontrar a alguien
que me valide un bonotrén que no activaba el torno.
A todo esto, los revisores nos van
vestidos de Christian Lacroix desde 2007... que bonito. El diseñador
dijo en su día que la principal dificultad radicó en aliar
funcionalidad con inmaterialidad. Que se sientan dignos, cómodos y
que no sean demasiado visibles. Gracias a Dios, porque si llega a
poder hacerlos visibles usando gris y morado con toques de verde....
el circo del transporte estaba servido. Pero para mi, la mayor
dificultad radica en explicar una inversión de 19 millones de euros
en el relooking del personal y luego al cabo de 4 años decir que no
hay dinero para renovar el material que se rompe cada día. Es decir
que no tenemos trenes en condiciones, pero tenemos glamour. Bendito
sea el ser humano.
.... Une de trains et deux d'olives, c'est comme une fête, un apéro, une soirée
.... La fête nationale de l'IDF, l'extase des voyageurs qui, jour à
jour se rendent au boulot, à l`école avec un grand sourire et
utilisant des transports commun aussi indispensables comme
intéressants.
MON
OEIL !
La
seule vérité ci-dessus est l'évocation de la fête nationale (au
sens figuré à l'acide sulfurique) et le fait de dire que c'est
intéressant. Oui, intéressant, parce que malgré tout, les gens
rendent intéressant le voyage parmi des sièges cassés, un
chauffage en panne, des graffitis, des retards et annulations, et
j'en passe encore. Oui, malgré cela, les gens et leurs histoires
m'offrent des très bons moments. Aujourd'hui même, sans chercher
plus loin, la voiture pleine, on trouve encore des messieurs qui
cèdent son siège à des vieilles dames (la vieille dame c'est PAS
MOI, je peux vous deviner, moi), les filles toutes avec leurs sacs et
bottes moutonnées, frigorifiées, mais toujours avec sa coquetterie.
Un homme à l'air crevé, mais qui semble se raviser quand il fixe
sur une des filles lors qu'elle passe devant lui. Puis, se rendant
compte, il me regarde et fait comme si moi aussi je méritais son
intérêt, le pauvre, c'est très mignon de sa part.... Mais même
moi, je regarde aussi les filles car elles rentrent fraîches comme
des roses, je suis jalouse, moi. L'homme débout qui lit un journal
sportif en équilibre (journal qui ressemble un drap de lit) tentant
de ne pas tomber ni décoiffer la dame qui est assise en face en
tournant la page du journal. Et le charme des dames de cette age
indéterminée (comprise entre 35 et 40etbeaucoup) avec son trench
dernier cri, son maquillage chic, leurs sacs La Marthe ou Le Tanneur,
symbole de leur statut professionnel … Pour finir, nous avons aussi
les passagers collés à son cher iPhone ou tout autre portable, qui
crient à son correspondant « hellooooo, c'est moi! T'es ou ?,
je suis au traiiiin » Une conversation transcendante et d'haut
intérêt pour tous les voyageurs qui l'entendent (peuvent pas faire
autrement). Ou l'équivalent de M. trempé-d'eau-de-Cologne, version
moderne trempé-de-L'Homme-de-Chanel, qui nous envoute tous ....
Les
contrôleurs arrivent en groupe de 8, si nombreux suit à la
surpopulation de passagers, aux gens qui leur cassent la gueule de
temps à autre et d'autres raisons que seul la RATP sait. C'est
l'invasion des Schtroumpfs violets. Cela produit un changement
d'ambiance. C'est comme quand vous papotez sur une copine avec les
autres et ladite copine arrive.....un silence gêné s'installe. Bon,
allez, tout le monde à chercher sa Navigo et à regarder si un de
ses voisins ne l'a pas. Vous attendez de les voir dans l'embarras,
mais nooon, surprise, vous êtes plus gêné qu'eux. Ils disent,
« désolé je n'ai pas de billet », l'autre dit « vous
allez payer une amende donc » ... et vous les voyez payer, quoi
que le plus souvent sont verbalisés et descendent à la prochaine
car pas de fric. Et je me demande, avec tant d'aplomb et / ou
d'indifférence, ne sera pas financièrement plus intéressant de ne
jamais prendre un billet et payer l'amende de temps en temps ? Bien
sûr, il doit y avoir des études sur le sujet. Moi, je ne pourrait
pas, j'avoue que j'ai perdu des trains pour chercher quelqu'un qui me
valide mon billet lors qu'il n'arrivait pas à activer le tourniquet.
A
propos des contrôleurs, depuis 2007, habillez par Christian Lacroix,
c'est génial. Le créateur lui même disait que la principale
difficulté fut la conception des uniformes alliant fonctionnalité
en restant immatériel pour qu'ils se sentent dignes, confortables et
pas trop visibles. Dieu merci, car s'il aurait pu les rendre plus
voyants en gris, violet et touches de vert .... bonjour le cirque du
soleil. Evidemment personne ne parle de ce que, pour moi, devrait
être la plus grande difficulté pour la RATP/SNCF, à savoir :
expliquer un investissement de 19 millions d'euros dans la rénovation
de l'habillement du personnel et 4 ans plus tard dire qu'il n'y a pas
d'argent pour renouveler le matériel, en panne un jour sur deux.
Mais bon, nous n'avons pas des trains fiables, confortables, même
qui fonctionnent correctement, mais nous avons un personnel RATP
ultra-chic. Dieu bénisse l'humanité.
Ayss Laura, que razón tienes! He reconocido a todos y cada uno de los personajes, a excepción de los revisores que aquí por lo visto se han extinguido. No obstante, añadir un personajillo tan verídico como fatídico: si ya es desagradable que alguien a tu lado hable por el movil como si estuviera en el comedor de su casa, el otro día el compañero de asiento hacía lo propio pero...con el altavoz puesto...¿acaso era una charla coloquio y no me di cuenta? Horreur!!!
ResponderEliminarGracias por contribuir Alicia, pues sí, que majo él ¿no? es la versión patio de vecinos en el tren. Encima no puedes ni toser sin meterte en la conversación. Pero es de agradecer, así no tienes que imaginarte al otro respondiendo "ah estas en el tren, ¿cuando llegas?" que como ves es esencial. En fin, personajes hay a montones, algunos dan para un articulo ellos solitos. Continuará....
EliminarPor cierto ¿has visto la hora? tu no duermes, tu eres vampira!
Pocas veces cojo el tren para ir al trabajo...pero cuando lo hago pienso...va a ser mi momento: con mi libro voy a buscar un oasis de paz antes de empezar en la borágine laboral...y oh! horror! al lado...dos amigas que se ponen al día de cotilleos, un señor trajeado gritando por el móbil que lo que sea debería estar hecho antes de las nueve de la mañana y justo enfrente, un móbil reproduciendo esa canción de moda que después de todo el día aún llegas tarareando a casa...ni siquiera puedo acabar la página donde el día anterior dejé mi super novela! y de regalo...un cantautor con su guitarra haciendo equilibrios para no chafar al resto de pasajeros...c'est la vie!!!
ResponderEliminarQue razón tienes, no se como será el BCN, aquí es más cosa del Metro. Pero vienen con sus carritos con ruedas, equipo de sonido, batería de coche y MICRO, grandes éxitos de siempre cantados en italiano o francés por una chica rumana y su papá acompañando a la trompeta. No te lo pierdas, aunque sean las 7 de la mañana, te despiertas fijo... En cuanto pueda os pongo fotos.
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